Nada más nacer, el bebé empieza a comunicarse. ¿Cómo? Mediante el llanto, los suspiros y a través de las expresiones del rostro y de todos los sonidos y gorjeos que emite.
Estas formas de “lenguaje” sirven para llamar la atención de los adultos, para expresar un estado de ánimo o para manifestar una necesidad, por ejemplo, sueño o hambre.
(Te interesa: Las etapas del lenguaje del niño)
De hecho, durante estos primeros meses, muchos papás nos sorprendemos al entender que dicen algo así como 'ajo'. Nos hace mucha gracia, pero en realidad no está diciendo nada, es un simple balbuceo. Por tanto, la comunicación durante esta etapa con nuestro bebé tenga, siempre, como punto de partida su llanto y la comunicación no verbal que producirá a través de sus gestos y expresiones. Además, deberás tener en cuenta lo siguiente:
• En los primeros cuatro meses de vida, el pequeño aprende a reaccionar a la voz de su mamá, a la que reconoce y prefiere entre todas las demás. Asimismo, fija su rostro, sonriendo y emitiendo sonidos. De los cuatro a los seis meses, empieza a interesarse también por los objetos.
• En esta etapa del desarrollo lingüístico, es conveniente que la mamá le hable con calma y con tono cariñoso, para captar su atención e interactuar con él. No hay que preocuparse si el niño no posee todavía un amplio repertorio de vocalizaciones. Sin embargo, hay que prestar una especial atención si el pequeño no sonríe, no produce ningún sonido o no reacciona cuando la mamá le habla. En este caso, deberás consultar con su pediatra para descartar cualquier problema.
Piensa que, desde que nace y hasta los seis meses, el bebé está 'despertando' de su nacimiento y su vida se limitará a comer, dormir y hacer sus necesidades. La etapa del lenguaje, por tanto, se encuentra todavía en una fase muy embrionaria.
• En los primeros cuatro meses de vida, el pequeño aprende a reaccionar a la voz de su mamá, a la que reconoce y prefiere entre todas las demás. Asimismo, fija su rostro, sonriendo y emitiendo sonidos. De los cuatro a los seis meses, empieza a interesarse también por los objetos.
• En esta etapa del desarrollo lingüístico, es conveniente que la mamá le hable con calma y con tono cariñoso, para captar su atención e interactuar con él. No hay que preocuparse si el niño no posee todavía un amplio repertorio de vocalizaciones. Sin embargo, hay que prestar una especial atención si el pequeño no sonríe, no produce ningún sonido o no reacciona cuando la mamá le habla. En este caso, deberás consultar con su pediatra para descartar cualquier problema.
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